sábado, 6 de diciembre de 2008

Período de evaluación permanente


Dejame acá tus consultas, ingresá donde dice "comentarios" al pie de esta entrada, y las responderé a la brevedad, y todos tus compañeros podrán leer las respuestas.

 

Muchas gracias.

domingo, 26 de octubre de 2008

Algo más sobre sistema auditivo

Compartiendo curiosidades

Hola,

comparto algunos videos interesantes para compartir, e integrar los temas que estamos viendo.

Besos.





viernes, 17 de octubre de 2008

Audición Y Equilibrio


Aquí encontrarás información sobre el próximo tema que explicaré en clase.

 En tu carpeta,  debés realizar un resumen del mismo, con todos los gráficos que consideres necesarios y que te ayudena explicar ambos temas.

  

El oído es el aparato de la audición y del equilibrio. Sus órganos

 se encargan de la percepción de los sonidos y del mantenimiento

 del equilibrio. Cada oído consta de tres partes: oído externo, oíd

o medio y oído interno.

El oído externo tiene la misión de captar los sonidos y llevarlos hacia el tímpano. Comprende la oreja o

 pabellón auricular, una estructura cartilaginosa con numerosos pliegues y que sobresale de cada lado de la cabeza, y el conducto auditivo externo, que se extiende hasta el oído medio y tiene unas glándulas que segregan cerumen, la cera que se forma en el oído externo y arrastra el polvo y la suciedad al exterior.

 

El oído medio es una cavidad ubicada dentro del hueso temporal. Comunica con la faringe a través de la trompa de Eustaquio y presenta una cadena de huesecillos articulados, el martillo, el yunque y el estribo, que transmiten al oído interno, de forma exacta y ampliada, las vibraciones del tímpano, una fina membrana circular de 1 cm de diámetro.

 

CADENA DE HUESECILLOS

 

yunque - estribo - martillo

 

En el oído interno existe una cavidad en forma de espiral, el caracol auditivo o cóclea, separada del oído medio por la ventana oval. El caracol se divide en dos membranas, la membrana vestibular y la membrana basilar, divididas a su vez en tres compartimentos llenos de líquido.

Sobre las fibras del nervio auditivo, que discurren a lo largo de la membrana basilar, se asientan unas células ciliadas que constituyen los auténticos receptores auditivos.

 

La audición o sensación sonora se produce a partir de una vibración. Cuando el pabellón auricular recoge las ondas sonoras, estas se reflejan en sus pliegues y penetran en el conducto auditivo externo hasta que chocan con el tímpano. Esta membrana empieza a vibrar con una determinada frecuencia e intensidad. La cadena de huesecillos del oído medio amplían este movimiento vibratorio y lo transmitena la ventana oval, ya en el oído interno.

 

 

Aquí, la energía mecánica de las ondas sonoras se transforma en energía eléctrica ( impulso nervioso) gracias a que las fibras del nervio auditivo estimulan el órgano de Corti, ubicado en el caracol, y transmiten la sensación auditiva al cerebro. (área auditiva: en el lóbulo temporal)

 

Equilibrio: un sentido para no caerse

 

El sentido del equilibrio, o sea, aquellas sensaciones que nos informan en todo momento de la posición de nuestra cabeza con respecto al espacio tridimensional en que nos movemos, reside en el oído interno.

El equilibrio dinámico, el que mantiene nuestro cuerpo en los movimientos de giro y aceleración, es posible gracias a los canales semicirculares del aparato vestibular: el canal superior, el canal posterior y el canal externo. En la ampolla o extremo de cada canal se encuentra la cresta, provista de finos cilios inervados por un nervio craneal.

El movimiento del liquido que contienen los canales, la endolinfa, empuja los cilios, cuya torsión representa el estímulo eficaz para la creación del impulso nervioso.

El equilibrio estático, el que mantiene el cuerpo cuando permanece quieto o se desplaza de forma rectilínea, se controla desde el utrículo, una cámara del aparato vestibular. En su interior se localiza la mácula, un conjunto de células ciliadas, y pequeñas masas óseas o calcáreas llamadas otolitos. Cuando se altera la posición del cuerpo respecto al campo gravitatorio, los otolitos tuercen los cilios de las células de la mácula, que inician la descarga de impulsos en las neuronas vestibulares.

Una prueba simple para comprobar el correcto funcionamiento del mecanismo del equilibrio consiste en permanecer de pie, con los ojos cerrados y los pies juntos.

Si existe alguna deficiencia en los utrículos, el individuo empieza a oscilar de un lado a otro y quizá acabe por caer.

 

 

Trompa de Eustaquio: un bostezo útil

El único camino que tiene el aire para entrar y salir del oído medio es la trompa de Eustaquio, un conducto que llega hasta la parte posterior de la nariz y se comunica con la faringe. Gracias a esta abertura, la presión del aire que hay en el oído medio se iguala con la presión del exterior, de tal manera que la fuerza del aire sobre el tímpano se equilibra.

Si has viajado en avión, al ganar o perder altura habrás notado que se te "tapan" los oídos. Esto se debe al brusco cambio de presión del exterior, que produce una combadura del tímpano. Entonces, un bostezo o el simple hecho de tragar saliva abre una válvula existente en la trompa de Eustaquio y la presión del oído medio se iguala con la presión del exterior, al mismo tiempo que el tímpano recobra su posición normal y se "destapan" los oídos.

 

El misterio del olfaro

El vívido mundo de los olores

Stephen D., un estudiante de medicina de 22 años, luego de que una noche tomó una mezcla de drogas que alteran la mente, soñó que se había transformado en un perro y que estaba rodeado por olores extremadamente ricos. El sueño pareció continuar cuando se despertó; repentinamente, su mundo se había llenado de olores acres.

Mientras iba al hospital esa mañana, "Olía como un perro. Y oliendo de esa manera, reconocí a los veinte pacientes que estaban ahí, antes de verlos", le contó más tarde al neurólogo Oliver Sacks.

"Cada uno tiene su propio olor particular", le dijo, "mucho más vívido y evocativo que cualquier expresión de su cara". El también podía reconocer las calles y los negocios locales por su olor. Algunos olores le brindaban placer y otros le disgustaban, pero todos eran tan penetrantes que le resultaba muy difícil pensar en cualquier otra cosa.

Los extraños síntomas desaparecieron luego de unas pocas semanas. Stephen D. estaba enormemente aliviado de volver a ser normal, pero "también sintió una tremenda pérdida", informó Sacks en su libro "El hombre que confundió a su mujer por un sombrero y otros cuentos clínicos". Años más tarde, convertido en un exitoso médico, Stephen D. todavía recordaba "ese mundo oloroso-¡tan vívido, tan real! Era como una visita a otro mundo, un mundo de percepción pura, rica, viva, autosuficiente y llena...Ahora me doy cuenta a lo que hemos renunciado siendo civilizados y humanos".

El ser civilizados y humanos significa, por un lado, que nuestras vidas no están guiadas por nuestros olores. El comportamiento social de la mayoría de los animales está controlado por los olores y otras señales químicas. Los perros y los ratones dependen de los olores para localizar su comida, para reconocer caminos y territorios, para identificar parientes, para encontrar una compañera receptiva. Los insectos sociales, tales como las hormigas, envían y reciben intrincadas señales químicas que les indican, con precisión, hacia dónde dirigirse y cómo comportarse durante todos los momentos del día.

Pero los humanos "ven" al mundo fundamentalmente por medio de los ojos y de los oídos. No le prestamos atención al sentido del olor, y a menudo suprimimos la consciencia sobre lo que nos dice la nariz. A muchos de nosotros nos han enseñado que hay algo vergonzoso acerca de los olores.

No obstante, las madres pueden reconocer a sus bebés por el olor, y los recién nacidos reconocen a sus madres de la misma manera. Los olores que nos rodean afectan nuestra comodidad, a lo largo de nuestras vidas.

Los olores conservan, también, un poder extraño para afectarnos. Una bocanada de tabaco de una pipa, un determinado perfume o una fragancia olvidada por mucho tiempo, pueden evocar instantáneamente escenas y emociones del pasado. Muchos escritores y artistas se han maravillado ante la calidad persistente de tales memorias.

En "En busca del tiempo perdido", el novelista francés Marcel Proust describió lo que le aconteció después de beber una cucharada de té, en el que había remojado un pedazo de magdalena, que es un tipo de bizcocho: "apenas había tocado mi paladar el tibio líquido mezclado con las migas, un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo y me detuve, atento al extraordinario fenómeno que me estaba sucediendo", escribió. "Un exquisito placer había invadido mis sentidos...sin sugerir su origen..."

"Repentinamente el recuerdo se reveló a sí mismo. El sabor era el de un pequeño pedazo de magdalena, que en las mañanas de domingo...solía darme mi tía Leona, sumergiéndolo primero en su propia taza de té....Inmediatamente la antigua casa gris sobre la calle, donde estaba su habitación, se elevó como un decorado...y el pueblo entero, con su gente y sus casas, sus jardines, su iglesia y sus alrededores, fue tomando forma y solidez, cobró vida desde mi taza de té".

El sólo ver la magdalena no había devuelto estas memorias, notó Proust. Tuvo que probarla y olerla. "Cuando nada más subsiste del pasado," escribió, "después que la gente ha muerto, después que las cosas se han roto y desparramado...el perfume y el sabor de las cosas permanecen en equilibrio mucho tiempo, como almas...resistiendo tenazmente, en pequeñas y casi impalpables gotas de su esencia, el inmenso edificio de la memoria".

Proust se refería tanto al sabor como al olor; y hacía bien en hacerlo, porque la mayor parte del sabor de los alimentos proviene de su aroma, que va flotando hacia arriba por las fosas nasales hasta alcanzar las células presentes en la nariz, y también llega a estas células, a través de un corredor que se encuentra en la parte trasera de la boca.

Nuestros botones gustativos sólo nos proporcionan cuatro sensaciones claras: dulce, salado, agrio y amargo. Los otros sabores provienen del olfato, y cuando la nariz es bloqueada por un resfriado, la mayoría de los alimentos parecen suaves o insípidos.

Tanto el olor como el sabor requieren que incorporemos-inhalando o tragando-las substancias químicas que realmente se unen a los receptores presentes en nuestras células sensoriales. En etapas tempranas en la evolución, los dos sentidos tuvieron el mismo precursor, un sentido químico común, que le posibilitó a las bacterias y a otro tipo de organismos unicelulares, localizar los alimentos o estar prevenidos de substancias perjudiciales.

Cómo percibimos tales substancias químicas como si fueran olores es un misterio que, hasta hace poco, derrotaba a la mayoría de las tentativas para resolverlo. Estudios anatómicos mostraron que las señales de las células olfatorias presentes en la nariz, alcanzan el área olfatoria de la corteza después de sólo un único relevo en el bulbo olfatorio. La corteza olfatoria, en cambio, se conecta directamente con una estructura fundamental llamada hipotálamo, que controla la conducta sexual y maternal.

Cuando los científicos trataron de explorar los detalles de este sistema, sin embargo, se golpearon con una pared en blanco. Ninguno de los métodos, que habían probado ser fructíferos en el estudio de la visión, parecía funcionar.

Para empeorar las cosas, era muy poco lo que se sabía acerca de las substancias a las cuales el sistema olfatorio responde. Se dice que el humano promedio puede reconocer hasta 10.000 olores por separado. Estamos rodeados por moléculas odoríferas que proceden de los árboles, las flores, la tierra, los animales, el alimento, la actividad industrial, la descomposición bacteriana, otros humanos. No obstante, cuando queremos describir estos innumerables olores, a menudo recurrimos a las analogías crudas: algo huele como una rosa, como el sudor o como el amoníaco.

Nuestra cultura coloca al olfato en tal bajo valor que nunca hemos desarrollado un vocabulario apropiado para describirlo. En "Una historia natural de los sentidos", la poeta Diane Ackerman nota que es casi imposible explicar cómo huele algo, a alguien que no lo ha olido. Existen los nombres para toda una gama de matices de colores, escribe. Pero ninguno para los tonos y los tintes de un olor.

Los olores tampoco pueden ser medidos usando la clase de escala lineal que los científicos solían usar para medir la longitud de onda de la luz o la frecuencia de sonidos.

"Sería lindo si un olor correspondiera a una longitud de onda corta y otro a una longitud de onda larga, tal como una rosa versus un zorrino, y si uno pudiera colocar a cada olor en esta escala lineal", dice Randall Reed, un investigador del HHMI en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, quien ha estado interesado en el olfato por mucho tiempo. "Pero no existe una la escala del olor", dado que las moléculas odoríferas varían extensamente en su composición química y en su estructura tridimensional.

Para averiguar cómo estas moléculas odoríferas diversas, provocan nuestra percepción, los investigadores tenían que examinar a las células olfatorias e identificar las proteínas de los receptores que, en realidad, se unen con las sustancias odoríferas.

El misterio del olfato:

Encontrando los receptores odoríferos

    "Pensamos que olemos con la nariz, pero esto es como decir que oímos con el lóbulo de la oreja", escribe Gordon Sheperd, profesor de neurociencia, en la Universidad de Yale. "De hecho, la parte de la nariz que podemos ver desde el exterior sirve sólo para recibir y encauzar el aire que contiene a las moléculas odoríferas". Las neuronas que perciben estas moléculas, se encuentran en la profundidad de la cavidad nasal, en una porción de células llamada el epitelio olfatorio.

 Encaramado detrás de un tipo de curva cerrada, en el techo de la cavidad nasal, se encuentra el epitelio olfatorio, que sólo mide unos pocos centímetros cuadrados. Contiene unos 5 millones de neuronas olfatorias, además de sus células de sostén y de las células troncales. En realidad, existen dos de tales porciones-una en cada lado de la nariz-que se encuentran en una línea horizontal, justo debajo del nivel de los ojos.

 Cada neurona olfatoria, presente en el epitelio, está cubierta con por lo menos 10 cilios que se proyectan hacia un baño de mucus fino, que se encuentra en la superficie celular. Los científicos estaban convencidos de que en algún lugar en estos cilios, debían haber proteínas receptoras que reconocían y unían a las moléculas odoríferas, con lo cual estimularían a la célula para enviar las señales al cerebro.

 Las proteínas receptoras serían la clave para contestar dos preguntas básicas acerca del olfato, explica Richard Axel, un investigador del HHMI, en la Universidad de Columbia. La primer pregunta es cómo hace el sistema para responder a miles de moléculas de formas y tamaños diferentes, a las que llamamos sustancias odoríferas, "¿usa un número restringido de receptores variados o un gran número de receptores relativamente específicos?". Y la segunda pregunta, ¿cómo utiliza el cerebro a estas respuestas para distinguir entre los olores?

 La lista de los descubrimientos que cambiaron totalmente el estudio del olfato resultaron de un nuevo énfasis en la genética. En vez de ir directamente en busca de las proteínas receptoras, Richard Axel y Linda Buck, que era entonces una investigadora postdoctoral en el grupo de Axel, y que actualmente es una investigadora del HHMI, en la Facultad de Medicina de Harvard, buscaron los genes que contenían las instrucciones para las proteínas encontradas sólo en el epitelio olfatorio.

 Sus esfuerzos no produjeron nada al principio. "Ahora sabemos por qué nuestros esquemas iniciales fallaron", dice Axel. "Es porque hay un gran número de receptores odoríferos, y cada uno era expresado sólo en un nivel muy bajo".

 Finalmente, Buck propuso lo que Axel denomina "una maniobra extremadamente hábil". Ella hizo tres suposiciones que redujeron drásticamente el campo, permitiéndole centrar la puntería en un grupo de genes que parece que codifican para las proteínas receptoras odoríferas.

 Su primera suposición-basada en pequeños fragmentos de evidencias de varios laboratorios-era que los receptores odoríferos se parecen mucho a la rodopsina, la proteína receptora presentes en las células de tipo bastón del ojo. La rodopsina y, por lo menos otras 40 proteínas receptoras, cruzan la superficie celular siete veces, lo que les da una forma característica, semejante a la de una serpiente. También funcionan de manera semejante, al interactuar con proteínas G para transmitir las señales al interior de la célula. Debido a que muchos receptores de este tipo comparten ciertas secuencias de ADN, Buck diseñó sondas que reconocerían a estas secuencias, en un grupo de ADN de rata.

 A continuación, ella asumió que los receptores odoríferos eran miembros de una gran familia de proteínas relacionadas. Por consiguiente, buscó grupos de genes que tuvieran ciertas similitudes. En tercer lugar, los genes tenían que ser expresados sólo en el epitelio olfatorio de rata.

 "Si hubiéramos empleado sólo uno de estos criterios, habríamos tenido que seleccionar entre miles de otros genes", dice Axel. "Esto nos ahorró varios años de una labor monótona".

 Buck recuerda que "había tratado tantas cosas y había estado trabajando tan arduamente durante años, sin obtener ningún beneficio. ¡Así que cuando, finalmente, encontré los genes en 1991, no lo podía creer! Ninguno de ellos había sido visto antes. Eran todos diferentes, pero todos estaban relacionados entre sí. Eso era muy satisfactorio".

 El descubrimiento hizo posible el estudio del sentido del olfato por medio de las técnicas de biología molecular y celular moderna, y la investigación de cómo el cerebro distingue entre los olores.

 También le permitió a los investigadores "sacar" los genes para proteínas receptoras semejantes en otras especies, al buscar en librerías de ADN de estas especies. Los receptores odoríferos de humanos, ratones, bagres, perros y salamandras se han identificado de esta manera.

 El descubrimiento más asombroso del equipo fue encontrar que existan tantos receptores odoríferos. Los 100 genes diferentes, que los investigadores identificaron primero, eran apenas la punta del iceberg. Ahora parece que hay entre 500 y 1.000 proteínas receptoras diferentes, presentes en las neuronas olfatorias de rata y ratón, y probablemente en neuronas humanas.

 "Esos son realmente muchos genes", dice Axel. "¡Es el 1 por ciento del genoma! Esto significa que, por lo menos en la rata, 1 de cada 100 genes probablemente se ocupe de la detección de los olores". Este número asombroso de genes refleja la importancia crucial del olfato para los animales.

 La memoria de los olores

    Los científicos se han preguntado por mucho tiempo cómo logramos recordar los olores a pesar de que cada neurona olfatoria, presente en el epitelio, sólo sobrevive aproximadamente 60 días, siendo reemplazada por una célula nueva. En la mayor parte del cuerpo, las neuronas mueren sin ningún sucesor. Pero a medida que las neuronas olfatorias mueren, una capa de células troncales ubicadas debajo de ellas, generan constantemente nuevas neuronas olfatorias para mantener un suministro constante.

 "El misterio era, ¿cómo logramos recordar los olores cuando estas neuronas se están reciclando constantemente y el nuevo lote tiene que formar sinapsis nuevas?", dice Buck. "Ahora sabemos la respuesta: las memorias sobreviven porque los axones de las neuronas que expresan el mismo receptor siempre van al mismo lugar".

 Y, entonces, algunas etapas del olfato comienzan a rendirse ante los investigadores. Pero muchos misterios perduran. Por ejemplo, ¿qué le sucede a la información, acerca de los olores, después de que ha conseguido llegar desde el bulbo olfatorio hasta la corteza olfatoria? ¿Cómo es procesada allí? ¿Cómo llega a los centros superiores del cerebro, en los cuales se vincula la información acerca de los olores con el comportamiento?

 Algunos investigadores creen que tales preguntas pueden ser mejor contestadas estudiando a la salamandra. La cavidad nasal de esta criatura, de tipo lagartija, es un saco aplastado. "Uno la puede abrir más o menos como a un libro" para examinar cómo las neuronas olfatorias responden a los olores, dice John Kauer, un neurocientífico en la Facultad de Medicina de Tufts y en el Centro Médico de Nueva Inglaterra en Boston, en Massachusetts, quien ha estado trabajando en el olfato desde mediados de los 70.

 Las salamandras harán posible el análisis del sistema olfatorio completo, desde los receptores odoríferos hasta las células presentes en el bulbo olfatorio, en niveles superiores del cerebro; e incluso el análisis de la conducta, piensa Kauer. Su grupo de investigación ya ha entrenado a salamandras para cambiar su piel-que es el tipo de respuesta conductual que se mide en las pruebas de los detectores de mentira-cuando ellos perciben cierto olor.

 Para estudiar el sistema entero de un modo no invasivo, Kauer utiliza una serie de fotodetectores que registran al mismo tiempo, desde muchos sitios. Aplica tintes especiales que revelan los cambios de voltaje en las membranas de las células. Luego, enciende una cámara que proporciona una imagen de la actividad en muchas partes del sistema.

 "Pensamos que esta grabación óptica nos dará un panorama global de lo que hacen todos los componentes, cuando operan juntos", dice Kauer. Espera que "quizá en 10 ó 20 años en el futuro, seamos capaces de hacer una descripción muy cuidadosa de cada paso del proceso".

 Esto sería un progreso asombroso para un sistema sensorial, que estaba virtualmente inexplorado hace cinco años. Los descubrimientos de Axel y Buck han estimulado el estudio del olfato, y ahora los científicos se congregan en este campo, resurgido ante la posibilidad de, finalmente, lograr resolver sus misterios.

 

fuente de información www.hhmi.org/senses-esp/a130.html 

domingo, 28 de septiembre de 2008

Olfato, gusto y tacto

Hola a todos,

 

para la próxima clase les pido que realicen un apunte en la carpeta y estudien la  siguiente información (estos temas los hemos comenzado a ver en clase)

 

Los receptores sensoriales

 

Los receptores sensoriales son células que se adaptaron a captar informació

n externa (por ejemplo, ver el exterior)e información interna (por ejemplo sentir 

acidez). Estas células deben captar el estímulo, "codificarlo" al lenguaje de impulsos nerviosos y enviarlos al SN 

para que pueda ser procesado y ser útil para el organismo.

 

Los receptores pueden ser, o bien neuronas modificadas (células sensoriales pr

imarias) o bien células no nerviosas (células sensoriales secundarias), que se comunican con neuronas. Las células sensoriale

s secundarias se concentran frecuentemente en los órganos sensoriales.

 

Los receptores se pueden clasificar en:

 

Los interoceptores transmiten sensaciones como el hambre, la sed o el dolor visceral. Están ubicados en los vasos sanguíneos y en las vísceras.

 

Los propioceptores reciben información del interior del cuerpo, como el oído interno, o los músculos. Transmiten información de la posición del cuerpo con respecto al

 campo gravitatorio y con respecto a sí mismo (flexión de una articulación, por ejemplo).

Los exteroceptores reciben información del exterior del organismo. Lo ponen en contacto con el medio que lo rodea.

Como por ejemplo: Quimiorreceptores (cuando su fuente de información son las sustancias químicas –gusto; olfato-)

, mecanorreceptores (cuando su fuente de datos proviene de información tipo mecánico – contacto/no contacto; vibraciones; texturas-). Hay mecanorreceptores especializados; como los estatorreceptores, que brindan información sobre el equilibrio, o los fonorreceptores que brindan información sobre vibraciones sonoras. Los termorreceptores perciben el calor o el frío, y los fotorreceptores se especializan en percibir la energía electromagnética.

 

Quimiorrecepción

 

Los quimiorreceptores se agrupan en especial en la mucosa olfatoria y en las papilas gustativas de la lengua.

 

Gusto

 

El gusto actúa por contacto de sustancias químicas solubles con la lengua. El ser humano es 

capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto.

 

La superficie de la lengua se halla recubierta por la mucosa lingual, en la que se encuentran pequeñas elevaciones cónicas llamadas papilas. Las principales son las papilas caliciformes y fungiformes, que mediante unos órganos microscópicos denominados botones perciben los sabores; y las papilas filiformes y coroliformes, que son sensibles al tacto y a las temperaturas. Los botones constan de células de sostén y células gustativas, que poseen cilios o pelos comunicados al exterior a través de un poro y conectados con numerosas células nerviosas que transmiten la sensación del gusto al bulbo raquídeo. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas.

 Las casi 10.000 papilas gustativas que tiene el ser humano están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos químicos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al agrio ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.

 

Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo. 

Luego de una exposición prolongada a determinado sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un tiempo determinado se deja de percibir el sabor.

 

Con el olfato se perciben las sustancias químicas volátiles transportadas por el aire.

La nariz, equipada con nervios olfativos, es el principal órgano del olfato. Los nervios olfativos son también importantes para diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro de la boca. Es decir, muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su origen, en realidad, en el sentido del olfato. Por otro lado, la percepción de olores está muy relacionada con la memoria; determinado aroma es capaz de evocar situaciones de la infancia, lugares visitados o personas queridas.

 

Ciertas investigaciones indican la existencia de siete olores primarios: 

alcanfor, almizcle, flores, menta, acre y podrido. Estos olores primarios corresponden a siete tipos de receptores existentes en las células de la mucosa olfatoria. Las investigaciones sobre el olfato señalan que las sustancias con olores similares tienen moléculas del mismo tipo. Estudios recientes indican que la forma de las moléculas que originan los olores determina la naturaleza del olor de esas moléculas o sustancias. Se piensa que estas moléculas se combinan con células específicas de la nariz, o con compuestos químicos que están dentro de esas células.

 

Las sustancias químicas entran por las fosas nasales, cuyos techos están tapizados por la pituitaria, que además de calentar el aire que se dirige a los bronquios, tiene una región de 1 cm2 de color amarillo. Esta región es tiene células epiteliales de sostén y, entre ellas, los quimiorreceptores, que son también llamados células de Schultze. Las células de Schultze son neuronas cuyas dendritas terminan en forma de cilias que se orientan hacia la cavidad nasal. Los axones atraviesan la lámina cribosa del hueso etnoide, para llegar a los bulbos olfatorios (derecho e izquierdo).

 

Termorrecepción y mecanorrecepción en la piel

 

El Tacto

El tacto, en realidad, puede recibir dos tipos de datos; temperatura y presión, porque tiene termorreceptores y mecanorreceptores.

A través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etcétera. Los receptores se estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas. Los receptores se encuentran en la epidermis, que es la capa más externa de la piel, y están distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función del números de receptores que contengan.

Existe una forma compleja de receptor del tacto en la cual los terminales forman nódulos diminutos o bulbos terminales; a este tipo de receptores pertenecen los corpúsculos de Pacini, sensibles a la presión, que se encuentran en las partes sensibles de las yemas de los dedos. El tacto es el menos especializado de los cinco sentidos, pero a base de usarlo se puede aumentar su agudeza; como los ciegos, para leer las letras del sistema Braille.

  

Corpúsculos de Pacini

Están ubicados en la zona profunda de la piel, sobre todo en los dedos de las manos y de los pies, pero son poco abundantes

Se tratan de dendritas encapsuladas en clavas (células de la neuroglia) rodeada de tejido conectivo fibroso.

Detecta presiones y deformaciones de la piel, y sus estímulos duran poco

Terminaciones nerviosas libres

Están en casi todo el cuerpo, sólo son dendritas que se ramifican entre las células epiteliales. Se especializan en percibir dolor

Terminaciones nerviosas de los pelos

Sensibles al contacto, como pueden ser los bigotes de un gato (en realidad sucede con la mayoría de los pelos)

Corpúsculos de Meissner

Se encuentran en las papilas dérmicas, abundantes en el extremo de los dedos, los labios, la lengua, etc. Se ubican en la zona superficial de la piel. Están especializadas en el tacto fino.

Corpúsculos de Krause,

Presentes en la superficie de la dermis y sensibles al frío, se ubican en especial en la lengua y los órganos sexuales. Son dendritas ramificadas y encapsuladas.

Corpúsculos de Rufini

Poco numerosos, alargados y más profundos que los de Krause, sensibles al calor

 

martes, 9 de septiembre de 2008

Fotorreceptores - Visión

Aquí encontrarás más información del tema que estamos viendo en nuestras clases.Deberás resumirla en tu carpeta, y realizar todos los esquemas que consideres necesarios.

Fotorreceptor

Un fotorreceptor es toda célula o mecanismo capaz de captar la luz. En la naturaleza existen varios tipos de células fotosensibles, tanto en animales como en vegetales, pero en este articulo nos vamos a centrar en las células fotorreceptoras del sistema visual de los vertebrados (que es diferente a los sistemas visuales de otros animales como los insectos o los moluscos), y en especial de el Sistema Visual Humano (SVH). En el SVH los fotorreceptores se localizan en el interior del ojo y existen dos tipos diferentes: Los conos y los bastones.

Comprender el mecanismo de captación la luz de los fotorreceptores y formación de imágenes del SVH es muy importante para el desarrollo de las tecnologías de adquisición y reproducción de la imagen.

Sistema visual humano
La visión es un sentido que consiste en la habilidad de detectar la luz y de interpretarla. La visión es propia de los animales teniendo éstos un sistema dedicado a ella llamado sistema visual. La visión artificial extiende la visión a las máquinas.

La primera parte del sistema visual se encarga de formar la imagen óptica del estímulo visual en la retina (sistema óptico). Esta es la función que cumplen la córnea y el cristalino del ojo.

Las células de la retina forman el sistema sensorial del ojo. Las primeras en intervenir son los fotorreceptores, los cuales capturan la luz que incide sobre ellos. Sus dos tipos son los conos y los bastones. Otras células de la retina se encargan de transformar dicha luz en impulsos electroquímicos y en transportarlos hasta el nervio óptico. Desde allí, se proyectan a importantes regiones como el núcleo geniculado lateral y la corteza visual del cerebro.

En el cerebro comienza el proceso de reconstruir las distancias, colores, movimientos y formas de los objetos que nos rodean.


1. Introducción

En el siguiente trabajo hablaremos sobre los distintos sentidos que afectan a los seres humanos y
animales, y la función de cada uno de ellos.El principal objetivo de nuestra investigación es informar acerca del funcionamiento de los órganos sensoriales, y a partir de eso, diferenciar sus usos y las enfermedades que se pueden ocasionar en torno a los mismos.Hasta el momento sabemos que poseemos cinco sentidos: el olfato, la vista, el gusto, el tacto y el oído. Cada uno de ellos cumple una función diferente, aunque en ciertos casos, están conectados.El tacto nos permite sentir la textura de las cosas, si están fríos o calientes; el olfato nos permite percibir el aroma, y el gusto el sabor de las comidas. La vista nos deja ver todo lo que nos rodea y el oído, captar ondas sonoras para que podamos escucharlas. Esto es lo que vamos a ampliar en la realización de este trabajo. 2. Contenido. Los receptores sensoriales son células especializadas en la captación de estímulos, que representan la vía de entrada de la información en el sistema nervioso de un organismo.

Los receptores sensoriales se pueden clasificar en:

Quimiorreceptores: cuando la fuente de información son las sustancias químicas. Ejemplo: gusto y olfato.

Mecanorreceptores: cuando la fuente de información proviene de tipo mecánico. Ejemplo: contacto, no contacto, vibraciones, texturas. Existen mecanorreceptores especializados, por ejemplo los estatorreceptores que informan sobre la posición del equilibrio, y los fonorreceptores, que perciben las ondas sonoras.

Termorreceptores: son los que perciben el frío o el calor.


Fotorreceptores: se especializan en recibir la energía electromagnética.


La vista

Aunque el ojo es denominado a menudo como el órgano de la visión, en realidad el órgano que efectúa el proceso de la visión es el cerebro, la función del ojo es traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro a través del nervio óptico.


El globo ocular es una estructura esférica de aproximadamente 2.5 centímetros de diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie anterior. La parte exterior se compone de tres capas de tejido: § La capa más externa o esclerótica: tiene una función protectora. Cubre unos cinco sextos de la superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente. § La capa media o úvea: tiene tres partes: la coroides (vascularizada), el cuerpo ciliar (procesos filiares) y el iris (parte frontal del ojo). § La capa interna o retina: es la sensible a la luz. La córnea es una membrana resistente compuesta por cinco capas a través de la cual la luz penetra en el interior del ojo. El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de una músculo que rodea sus bordes, aumentando o disminuyendo la cantidad de luz que entra en el ojo La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a la luz se encuentran en la superficie exterior, tienen forma de conos y bastones y están ordenados como los fósforos de una caja. La retina se sitúa detrás de la pupila. La retina tiene una pequeña mancha de color amarillo que se denomina mácula lútea, es su centro se encuentra la fóvea central, que es la zona del ojo con mayor agudeza visual.El nervio óptico entre en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central, originando en la retina la pequeña mancha llamada disco óptico. Esta estructura es el punto ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz.

1 iris2 córnea3 cristalino4 esclerótica5 coroides6 retina7 mácula8 disco óptico9 nervio óptico10 vena central retineana11 arteria central retineana12 músculo recto interno13 músculo recto externo14 músculo ciliar

Funcionamiento del Ojo:

El enfoque del ojo se lleva a cabo debido a que la lente del cristalino se aplana o redondea; este proceso se llama acomodación. En un ojo normal no es necesaria la acomodación para ver los objetos distantes, pues se enfocan en la retina cuando la lente está aplanada gracias al ligamento suspensorio. Para ver objetos más cercanos, el músculo ciliar se contrae y por relajación del ligamento suspensorio, la lente se redondea de forma progresiva. El mecanismo de la visión nocturna implica la sensibilización de las células en forma de bastones gracias a un pigmento, la púrpura visual, sintetizada en su interior. Para la producción de este pigmento es necesaria la vitamina A, y su deficiencia conduce a la ceguera nocturna.Cuando la luz intensa alcanza la retina, los gránulos de pigmento marrón emigran a los espacios que rodean a estas células, revistiéndolas y ocultándolas. De este modo los ojos se adaptan a la luz.Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda, arriba o abajo se llevan a cabo por los seis músculos oculares que son muy precisos. Se estima que los ojos pueden moverse para enfocar como mínimo cien mil puntos distintos del campo visual.Estructuras Protectoras:Las más importantes son los párpados superior e inferior. Estos son pliegues de piel y tejido glandular que se cierran gracias a unos músculos y forman sobre el ojo una cubierta protectora. Las pestañas (pelos cortos que crecen en los bordes de los párpados), actúan como una pantalla para mantener lejos del ojo partículas cuando estos están abiertos. Detrás de los párpados se encuentra la conjuntiva, que es una membrana protectora fina que se pliega para cubrir la zona de la esclerótica visible.





Cada ojo cuenta también con una glándula lagrimal, situada en la esquina exterior. Estas glándulas segregan un líquido salino que lubrica la parte delantera del ojo cuando los párpados están cerrados y limpia la superficie de las pequeñas partículas de polvo.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Para 4to 2da

Chicos, les prometí los promedio por el blog. Aquí están: (traer firmados en el cuaderno de comunicaciones la próxima clase)

Agüero Simon, Geraldine
7
Aguinsky Prado, Maia Luz
4
Arriaga, Tomás
4
Atencio, Angie Soledad
3
Dangeli, Camila
4
Del Pino Rosero, Grecia
4
Espíndola, Flavia Pamela
5
Fontanillas, Jennifer
3
Glombovsky, Román
4
Gómez Agostinelli, Eliana
1
Larumbe, Mariano
5
Laviuzza, Florencia
7
Lencinas, Sol
7
Louro, Daniela
4
Muñoz Quiroga, Juliana C.
5
Perrín, Rodrigo
3
Reyes Culque, Yeremy Thalía
5
Rosin, Florencia
7
Sosa, Melanie Michelle
5
Szklar Boblansky, Martina
5
Tinant, Federico
6
Tundis, Sergio Martín
4
Vázquez, Ma. Lorena
5
Vega, Luciano
7
Vera, Ayelén
8
Vugalter, Diego
6
Wald Acuña, Jeremías
2
Zarza, Verónica
6
Zegarra Mamani, Mariana
6

sábado, 5 de julio de 2008

SISTEMA NERVIOSO



El sistema nervioso tiene tres funciones básicas: la sensitiva, la integradora y la motora. En primer lugar, siente determinados cambios, estímulos, tanto en el interior del organismo (el medio interno), por ejemplo la distensión gástrica o el aumento de acidez en la sangre, como fuera de él (el medio externo), por ejemplo una gota de lluvia que cae en la mano o el perfume de una rosa; esta es la función sensitiva. En segundo lugar la información sensitiva se analiza, se almacenan algunos aspectos de ésta y toma decisiones con respecto a la conducta a seguir; esta es la función integradora. Por último, puede responder a los estímulos iniciando contracciones musculares o secreciones glandulares; es la función motora.


Las dos primeras divisiones principales del sistema nervioso son el sistema nervioso son el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC está formado por el encéfalo y la médula espinal. En el se integra y relaciona la información sensitiva aferente, se generan los pensamientos y emociones y se forma y almacena la memoria. La mayoría de los impulsos nerviosos que estimulan la contracción muscular y las secreciones glandulares se originan en el SNC. El SNC está conectado con los receptores sensitivos, los músculos y las glándulas de las zonas periféricas del organismo a través del SNP. Este último está formado por los nervios craneales, que nacen en el encéfalo y los nervios raquídeos, que nacen en la médula espinal. Una parte de estos nervios lleva impulsos nerviosos hasta el SNC, mientras que otras partes transportan los impulsos que salen del SNC.



El componente aferente del SNP consisten en células nerviosas llamadas neuronas sensitivas o aferentes (ad = hacia; ferre = llevar). Conducen los impulsos nerviosos desde los receptores sensitivos de varias partes del organismo hasta el SNC y acaban en el interior de éste. El componente eferente consisten en células nerviosas llamadas neuronas motoras o eferentes ( ex = fuera de; ferre = llevar). Estas se originan en el interior del SNC y conducen los impulsos nerviosos desde éste a los músculos y las glándulas.










Según la parte del organismo que ejecute la respuesta, el SNP puede subdividirse en sistema nervioso somático (SNS) (soma = cuerpo) y sistema nervioso autónomo (SNA) (auto 0= propio; nomos = ley). El SNS está formado por neuronas sensitivas que llevan información desde los receptores cutáneos y los sentidos especiales, fundamentalmente de la cabeza, la superficie corporal y las extremidades, hasta el SNC que conducen impulsos sólo al sistema muscular esquelético. Como los impulsos motores pueden ser controlados conscientemente, esta porción del SNS es voluntario.


El SNA está formado por neuronas sensitivas que llevan información desde receptores situados fundamentalmente en las vísceras hasta el SNC, conducen los impulsos hasta el músculo liso, el músculo cardíaco y las glándulas. Con estas respuestas motoras no se encuentran normalmente bajo control consciente, el SNA es involuntario.


La porción motora del SNA tiene dos ramas, la división simpática y la parasimpática. Con pocas excepciones las vísceras reciben instrucciones de ambas. En general, estas dos divisiones tienen acciones opuestas. Los procesos favorecidos por las neuronas simpáticas suelen implicar un gasto de energía, mientras que los estímulos parasimpáticos restablecen y conservan la energía del organismo. ( Un ejemplo: mientras que el sistema nervioso simpático es el que es capaz de activar los mecanismos necesarios para acelerar los latidos cardíacos, es el sistema nervioso parasimpático el que es capaz de desacelerarlos.).

NEURONA


Neurona es el nombre que se da a la célula nerviosa y a todas sus prolongaciones. Son células excitables especializadas para la recepción de estímulos y la conducción del impulso nervioso. Su tamaño y forman varían considerablemente. Cada una posee un cuerpo celular desde cuya superficie se proyectan una o más prolongaciones denominadas neuritas. Las neuritas responsables de recibir información y conducirla hacia el cuerpo celular se denominan dendritas. La neurita larga única que conduce impulsos desde el cuerpo celular; se denomina axón. Las dendritas y axones a menudo se denominan fibras nerviosas. Las neuronas se hallan en el encéfalo, médula espinal y ganglios. Al contrario de las otras células del organismo, las neuronas normales en el individuo maduro no se dividen ni reproducen.























El cuerpo de la célula nerviosa, como el de las otras células, que consiste esencialmente en una masa de citoplasma en el cual está incluido el núcleo; está limitado por su lado externo por una membrana plasmática. Es a menudo el volumen del citoplasma dentro del cuerpo de la célula es mucho menor que el volumen del citoplasma en las neuritas.

Núcleo: por lo común se encuentra en el centro del cuerpo celular. Es grande, redondeado pálido y contiene finos gránulos de cromatina muy dispersos. Por lo general las neuronas poseen un único núcleo que está relacionado con la síntesis de ácido ribononucleico RNA. El gran tamaño probablemente se deba a la alta tasa de síntesis proteica, necesario para mantener el nivel de proteínas en el gran volumen citoplasmático presente en las largas neuritas y el cuerpo celular.


Corpúsculos de Nissl: consiste en gránulos que se distribuyen en todo el citoplasma del cuerpo celular excepto en la región del axón. Las micrografías muestran que la sustancia de Nissl está compuesta por retículo endoplasmático rugoso dispuestos en forma de cisternas anchas apiladas unas sobre otras. Dado que los ribosomas contienen RNA, la sustancia de Nissl es basófila y puede verse muy bien con tinción azul de touluidina u otras anilinas básicas y microscopio óptico. Es responsable de la síntesis de proteínas, las cuales fluyen a lo largo de las dendritas y el axón y reemplazan a las proteínas que se destruyen durante la actividad celular. La fatiga o lesión neuronal ocasiona que la sustancia de Nissl se movilice y concentre en la periferia del citoplasma. Esto se conoce con el nombre de cromatólisis.


Aparato de Golgi: cuando se ve con microscopio óptico, después de una tinción de plata y osmio, aparece como una red de hebras ondulantes irregulares alrededor del núcleo. En micrografías electrónicas aparece como racimos de cisternas aplanadas y vesículas pequeñas formadas por retículos endoplasmáticos lisos. Las proteínas producidas por la sustancia de Nissl son transferidas al aparato de Golgi donde se almacenan transitoriamente y se le pueden agregar hidratos de carbono. Las macromoléculas pueden ser empaquetadas para su transporte hasta las terminaciones nerviosas. También se le cree activo en la producción de lisosomas y en la síntesis de las membranas celulares.


Mitocondrias: Dispersas en todo el cuerpo celular, las dendritas y el axón. Tienen forma de esfera o de bastón. En las micrografías electrónicas las paredes muestran doble membrana. La membrana interna exhibe pliegues o crestas que se proyectan hacia adentro de la mitocondria. Poseen muchas enzimas que toman parte en el ciclo de la respiración, por lo tanto son importantes para producir energía.


Neurofibrillas: Con microscopio óptico se observan numerosas fibrillas que corren paralelas entre si a través del cuerpo celular hacia las neuritas (tinción de plata). Con microscopio electrónico se ven como haces de microfilamentos de aproximadamente 7 mm de diámetro. Contienen actina y miosina y es probable que ayuden al transporte celular.


Microtúbulos: Se ven con microscopio electrónico y son similares a aquellos observados en otro tipo de células. Tienen unos 20 a 30 nm de diámetro y se hallan entremezclados con los microfilamentos. Se extienden por todo el cuerpo celular y sus prolongaciones. Se cree que la función de los microtúbulos es el transporte de sustancias desde el cuerpo celular hacia los extremos dístales de las prolongaciones celulares.


Lisosomas: Son vesículas limitadas por una membrana de alrededor de 8 nm de diámetro. Sirven a la célula actuando como limpiadores intracelulares y contienen enzimas hidrolíticas.
Centríolos: Son pequeñas estructuras pares que se hallan en las células inmaduras en proceso de división. También se hallan centríolos en las células maduras, en las cuáles se cree que intervienen en el mantenimiento de los microtúbulos.


Melanina: Los gránulos de melanina se encuentran en el citoplasma de las células en ciertas partes del encéfalo, como por ejemplo la sustancia negra del encéfalo. Su presencia está relacionada con la capacidad para sintetizar catecolaminas por parte de aquellas neuronas cuyo neurotransmisor es la dopamina.


MEMBRANA PLASMÁTICA


La membrana plasmática forma el límite externo continuo del cuerpo celular y sus prolongaciones y en la neurona es el sitio de iniciación y conducción del impulso nervioso. Su espesor es de aproximadamente 8nm lo cuál la hace demasiado delgada para poder ser observada por un microscopio óptico. Con microscopio electrónico se observa una campa interna y otra externa de moléculas dispuestas muy laxamente (cada capa aproximadamente de 2,5 nm) y separadas por una capa intermedia de lípidos. Moléculas de hidrato de carbono se encuentran adheridas al exterior de la capa plasmática y se unen con proteínas o lípidos formando lo que se conoce como cubierta celular o glucocálix.


La membrana plasmática y la cubierta celular juntas forman una membrana semipermeable que permite la difusión de ciertos iones a través de ella pero limita otras. En estado de reposo los iones de K+ difunden a través de la membrana plasmática desde el citoplasma celular hacia el líquido tisular. La permeabilidad de la membrana a los iones de K+ es mucho mayor que el influjo de Na+. Esto da como resultado una diferencia de potencial estable de alrededor de -80 mv que pueden medirse a través de la membrana ya que el interior es negativo en relación al exterior. Este potencial se conoce como potencial de reposo.


Cuando una célula nerviosa es excitada (estimulada) por un medio eléctrico, mecánico o químico, ocurre un rápido cambio de permeabilidad de la membrana a los iones de Na+, estos iones difunden desde el liquido tisular a través de la membrana plasmática hacia el citoplasma celular. Esto induce a que la membrana se despolarise progresivamente. La súbita entrada de iones Na+ seguida por la polaridad alterada produce determinado potencial de acción que es de aproximadamente +40 mv. Este potencial es muy breve (5 nseg) ya que muy pronto la mayor permeabilidad de la membrana a los iones de Na+ cesa y aumenta la permeabilidad de los iones K+, de modo que estos comienzan a fluir desde el citoplasma celular y así el área localizada de la célula retorna al estado de reposo